El vino Albariño

El Vino albariño

 

Todos sabemos que la apreciación de un vino es tan subjetiva y personal como los gustos de cada persona, y eso es algo que sabemos a la hora de catar, degustar y comprar un vino. Tanto si te decides a acompañar tu comida en Galicia con un exquisito plato autóctono, como si simplemente quieres comprar un buen vino albariño para degustarlo en otra punta de España, vamos a intentar acercarte al buen sabor de uno de los mejores y más conocidos vinos blancos. Pero, ¿qué es un buen vino sin su historia? Te la contamos.

Galicia, tierra de variedad e historia. Se dice que el vino albariño surgió cuando los monjes de Cluny llevaron la uva de la cual se elabora al monasterio de Armenteira, hace la friolera de 9 siglos. A partir del siglo XII, su cultivo se extendió al resto de Galicia y parte del norte de Portugal. Esta es solo de una de las teorías que podemos leer acerca del vino albariño, así que no tenemos la historia absoluta y verdadera. Aun así Cambados, la capital histórica de este vino, celebra la Fiesta vinícola del albariño cada año, una de las más antiguas del país. Sea la teoría histórica cierta o no, lo que sí podemos contarte son sus características y su singular aroma.

El vino albariño, elaborado a través de la uva del mismo nombre y con Denominación de Origen Rías Baixas, es perfecto para el acompañamiento en las comidas. Sí, es posible que se pueda decir eso de muchos vinos, pero aquí lo destacamos particularmente. Es una excelente elección debido a su sabor afrutado y una acidez natural que le da un toque exquisito, con cierto gusto a albaricoque. La combinación con un buen plato de carne nos deja en el paladar ese aroma de vino ligero. Tiene un color amarillo-pallizo y brillante con irisaciones doradas y verdes. Si tu paladar recuerda a otros vinos de las riberas del Rin, que no te engañe. El vino albariño es muy suyo.

Su producción tiene una difícil historia. La uva albariño es una uva autóctona que estuvo a punto de desaparecer. Hace mucho tiempo su escasez le convertía en uno de los vinos más buscados. Hoy día, lo podemos disfrutar en nuestra mesa como uno de los mejores vinos gallegos, y también uno de los vinos que más personalidad y prestigio tiene. Su producción antaño artesanal acabó transformándose en una comercialización moderna. Y esto es más reciente de lo que pensamos. Por poner un ejemplo, si tenemos en cuenta que en el año 1987 existían nada más que 14 bodegas, actualmente podemos encontrarnos con 142 bodegas inscritas en la Denominación de Origen Rías Baixas.

Por lo tanto y en resumen, nos encontramos con un vino gallego con una rica y difícil historia y un sabor ligero y afrutado para acompañar en nuestras comidas preferidas. Queda a tu elección catar esas pequeñas sensaciones que puede que te enamoren a primera vista de un vino albariño. Te animamos a echarle un vistazo a uno de los vinos más orgullosos, cuyo pequeño trago recuerda a las bellas tierras de Galicia.