Bodegas Portia

El origen de Bodegas Portia lo encontramos en la década de los años 90 del siglo XX, cuando el grupo Faustino, todo un referente en La Rioja, adquiere unas parcelas en las zonas de Roa, Gumiel de Izán, Villanueva y Gumiel de Mercado (Burgos) con la intención de elaborar para dicho grupo los primeros vinos Ribera del Duero. El primer vino, el Portia, vio la luz después de mucho esfuerzo en el año 2003 y consiguió la medalla de oro al mejor Tempranillo del mundo ese mismo año.

Bodegas Portia dispone de 160 hectáreas de viñedo minuciosamente cuidado, situadas sobre una tierra que da vinos con temperamento, personalidad, de tonos violáceos, untuosos en boca y fáciles de beber gracias a un clima extremo con heladas otoñales y primaverales e inviernos largos y fríos. La combinación de tierra, clima, tradición y nuevas tecnologías ha hecho que Bodega Portia se haya colocado entre las bodegas referentes en vino Ribera del Duero de calidad.

La construcción de la bodega, de líneas vanguardistas, corrió a cargo del prestigioso arquitecto Norman Foster. Su mayor éxito reside en la perfecta funcionalidad de todas sus áreas, optimizada por el empleo de materiales nobles y estructurada en hormigón, madera, acero y vidrio. Como anécdota, para conocer el funcionamiento de Bodega Portia, el equipo de Norman Foster participó en dos vendimias. Así, el diseño en forma de estrella de tres puntas refleja las principales fases de este proceso: fermentación, envejecimiento y conservación.

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